La ética y el humanismo digital como pilares en el mundo complejo de la IA
La Guía de Buenas Prácticas Educativas de Ashoka está dirigida a líderes educativos que busquen agregar valor con empatía y agencia de cambio desde el aula.
Realizado con ChatGPT4, Prompt solicitado: crea una imagen con el siguiente prompt: una persona que tiene criterio y analiza y busca potenciar a la humanidad utilizando la IA como herramienta de forma ética.
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Ana debe desarrollar un caso de su clase de economía política, para el cual, tiene que identificar las estrategias que están empleando los gobiernos de América Latina para mitigar el desempleo y la relación de estas aproximaciones, con los fundamentos teóricos de las escuelas de pensamiento económico. Dado que el tiempo no alcanza en la vida universitaria, pues el ir y venir entre los exámenes, la lectura, los ensayos, las entregas de proyectos, la vida familiar, los amigos, el trabajo, el deporte y por supuesto, las redes sociales, la llevan a que esté sentada frente a su computador, un día antes del tiempo previsto de entrega del caso, a pesar de que el mismo fue solicitado con un mes de anticipación.
Ana se encuentra frente a un dilema, ¿Le pide a su modelo de lenguaje de gran tamaño de inteligencia artificial (LLM) que le haga la tarea? Y sigue con el campeonato mundial de League of Legends, su videojuego favorito, o en cambio, ¿Le dedica tiempo a investigar y a aprender? Un dilema similar tiene el juez que debe pronunciarse sobre una demanda en la que, según el demandante, su vecino tomó de manera abusiva el vehículo que le había prestado por un tiempo para su uso permanente sin devolverlo a la fecha, pero a la vez, tiene más de 20 procesos represados que debe analizar. ¿Analiza ese caso “sencillo” con ChatGPT, un LLM? O ¿Le dedica tiempo a la lectura de pruebas suministradas por el vecino, en las que se observa que él compró el carro en efectivo hace 10 años?.
Ambos casos se están presentando cada vez con mayor frecuencia, incluso, ya se están volviendo casi que normales, configurando problemas de alto riesgo para la sociedad. Lo anterior, dado que estos LLMs son herramientas que algunas veces alucina o arrojan información inexacta, falsa o sin sustento, sin embargo, en poco tiempo han logrado mejorar sus respuestas hasta el punto que podría pensarse que analizan mejor lo que se pregunta y lo unen con diferentes contextos para darle mayor valor agregado a la respuesta, aunque persiste la alucinación.
De tal forma, respuestas más contundentes y elaboradas por parte de la inteligencia artificial (IA) generativa están conduciendo a que las competencias de orden superior de los estudiantes y algunos profesionales, como analizar, evaluar, crear, se dejen de lado. Luego en poco tiempo habrá estudiantes con carencias de pensamiento crítico, resolución de problemas y creatividad, competencias que precisamente UNESCO, el Foro Económico Mundial, han resaltado como fundamentales para hacerle frente a un mundo complejo, cambiante y permeado por la tecnología. Lo anterior, dado que el desarrollo de dichas competencias depende de su entrenamiento frecuente en diferentes contextos, sin embargo, el mismo lo están adquiriendo los modelos de IA generativa en vez de los humanos.
Adicionalmente, dado que los datos de entrenamiento de la inteligencia artificial sobre variables como el género, raza, edad, condición socioeconómica tienden a ser generalizados, las respuestas excluyen las particulares condiciones latinoamericanas que podrían enriquecen el debate, entonces los resultados de su interacción podrían caer en la discriminación.
El peligro que estamos teniendo como humanidad, es que nosotros mismos estamos siendo el instrumento para que la IA generativa aprenda más y mejor de nosotros y que incluso, ella decida por nosotros, sin someterla a filtros ni análisis, dado que nuestro cerebro podría ir perdiendo esa función cognitiva desde los mismos colegios y universidades.
¿Qué garantías tendremos de los análisis profesionales e imparciales en problemáticas financieras, de orden público, de prestación de servicios, entre otros? Muy pocas sin duda, por ello el principal reto que tenemos en el sistema educativo es desarrollar un nuevo esquema formativo, en el que convivamos con lo inevitable, el uso indiscriminado de la IA generativa, pero a la vez, logremos llevar a los estudiantes a que den valor agregado a la sociedad, tomando la información y los datos como insumos para resolver las problemáticas del día a día, pero incluso las de la humanidad.
Para ello, es clave que reconozcamos que la IA generativa no es una herramienta más ya que analiza grandes cantidades de información en muy poco tiempo y tiene la capacidad de identificar patrones resultantes de esos análisis, los cuales pueden tener sesgos por los datos con los que se entrenan, por lo cual tendremos que interactuar con ella en el trabajo, en nuestros hogares, ciudades, siendo necesario formarnos como humanistas digitales, que logremos potenciar el sentido humano con la colaboración de la máquina. Luego la educación debe enfocarse en potenciar y agudizar el pensamiento crítico, cuestionando los sesgos tanto humanos como de la inteligencia artificial, en fomentar el aprendizaje continuo y desarrollo de nuevas competencias y en explorar las bondades y riesgos de estos modelos, pero lo más importante, es fomentar no sólo el uso ético de la inteligencia artificial sino el de nuestro actuar.
Es necesario que propongamos marcos de comportamientos frente a estos modelos en casa, en las oficinas y en las instituciones de educación, que lleven a reflexiones tales como ¿Qué debe primar, nuestro criterio o el resultado de la IA? ¿Cómo debemos actuar, de
acuerdo con el resultado de los prompts o entendiendo los contextos? ¿Cómo respondo a las situaciones complejas, como me lo indica Claude, otro LLMs, o con empatía y análisis de la situación? ¿Quién debe investigar y aprender, mi LLM preferido o yo? ¿Debo manifestar que he usado la IA para inspirarme y crear? o ¿Será que nadie se da cuenta?. La invitación entonces es a que analicemos como debemos enseñar y evaluar para la formación de humanistas digitales, que actúan con pensamiento crítico y se comportan con ética y consciencia, para que no tengamos que estar sometidos a la tecnología, sino más bien usarla como potenciador de nuestra especie.